Estar ocupado la mayor parte del tiempo con cosas que no requieran agudeza mental suele ser una trampa, un eufemismo ilusorio que puede indicar una mala gestión del tiempo. Al hacer un trabajo profundo, te librarás de las distracciones, te concentrarás más, harás más cosas e inesperadamente, tendrás más tiempo para hacer otras cosas. Si quieres concentrarte mejor, mejorar tus capacidades cognitivas y ser más productivo sigue leyendo este artículo
¿Qué es el trabajo profundo?
Son actividades profesionales realizadas en estado de concentración y sin distracciones que lleven al límite tus capacidades cognitivas. Estos esfuerzos crean nuevo valor, mejoran sus habilidades y son difíciles de replicar.
La otra cara del trabajo profundo es el trabajo de superficie. Este incluye tareas de tipo logístico, no exigentes desde el punto de vista cognitivo, que a menudo se realizan estando distraídos. Estos esfuerzos no tienden a crear nuevo valor en el mundo y son fáciles de replicar.
A medida que te mantengas concentrado y trabajes a fondo, descubrirás que multiplicas tus resultados por 2, 4 o incluso más, cada día o semana. También te sentirás más feliz y realizado.
Ya sea que esté elaborando el plan de negocios para tu startup, codificando o escribiendo contenido, el trabajo en profundidad es un recurso valioso, raro y significativo que te permitirá producir más de lo que realmente hace brillar a tu negocio, programa o comunidad. Todo esto lo logras eliminando el desorden y liberando más tiempo para otros asuntos.
¡Así que vayamos al grano!
1. Planifica toda tu semana con antelación
Puede parecer complicado al principio, pero con la práctica mejorarás. Verás que intentar planificar toda la semana te obligará a pensar y definir detalladamente lo que tienes que hacer. Además, a medida que incluyas estas tareas en tu calendario, necesitarás dedicar tiempo a ellas y, al mismo tiempo, esforzarte en ser realista.
Hacer esto es de suma importancia porque no querrás deambular todos los días laborables, pensando en lo que debes hacer y tomando decisiones todo el tiempo; simplemente revisa tu agenda de hoy y ejecútala.
Nuevamente, no es necesario que sea perfecto. Serás mejor. Como esto es grande, ampliémoslo un poco:
Define las tareas de la manera correcta
Pregúntate: si pudieras hacer una cosa hoy y te sintieras satisfecho, ¿qué sería? Sí, esa «cosa» es un trabajo profundo y serás sorprendentemente productivo si puedes realizar una de estas tareas todos los días.
Se específico. «Escribir artículo» o «programar aplicación» no funcionarán. Tendrás que pensar en términos de subtareas realizables. Para escribir un artículo, podría ser:
- Escribir un esquema.
- Escribir el borrador sobre «x» tema.
- Corregir y editar borradores.
- Realizar búsqueda y edición de imágenes.
Para un programador, por ejemplo, esto puede variar ampliamente, pero un posible curso de acción podría ser:
- Definir el alcance y elegir un componente.
- Realizar la documentación de investigación y referencia.
- Escribir código.
- Probar, depurar y refactorizar
- Redactar documento.
- Repetir.
Ve de menos a más. Las tareas pequeñas son más realizables y menos intimidantes que las grandes. Si bien el «entrenamiento de 1 hora» es bastante específico, es posible que te sientas agotado y desanimado si no estás acostumbrado a ese nivel de esfuerzo. Dos bloques diferentes de «30 minutos de ejercicio» podrían ser más accesibles (además, resulta que sólo 30 minutos de ejercicio diario también funcionan). Mientras planificas tu semana, realiza este proceso de pensamiento: ¿estoy intimidado por esto? Si es así, intenta dividirlo en subtareas más pequeñas y procesables.
Al comienzo de la semana laboral
- Piensa en el estado actual de tu proyecto. Tómate un momento para pensar en lo que quieres lograr e intenta deconstruir o aplicar ingeniería inversa al proceso para que puedas ver cuáles son sus componentes.
- Revisa las actividades “para más tarde”. Es posible que tengas una combinación de tareas profundas y superficiales que dejaste para más adelante. Revísalos todos y ve si encajan en algún momento de la semana.
- Deja algo de espacio. Programo alrededor del 75% de mi semana laboral. Esto me permite mover cosas y manejar eventos inesperados.
- Podrías codificar cada minuto y sería increíblemente productivo si fueras bueno en ello. En general, esto no es realista; al principio, sea cuidadoso con la planificación.
Al final de la semana laboral
- Pregúntate (y se honesto): ¿Estoy etiquetando el trabajo superficial como profundo solo para sentirme más realizado?
- Evalúa. ¿Salió bien? ¿Exageró o subestimó el tiempo asignado? Ten todo esto en cuenta para la próxima semana.
- Apaga. Ya terminaste. Cierra todas las pestañas del navegador, aplicaciones y todo lo relacionado con el trabajo. Repite la próxima semana.
2. No hagas varias cosas a la vez
La multitarea es un mito. Pasar de una tarea a otra no sólo tiene un costo en términos de tiempo, sino que, lo que es más importante, implica un gasto cognitivo muy elevado. Es decir, te hace menos productivo porque dejas que tu concentración limitada y tu poder mental se agoten al pasar de una tarea a otra. El costo de la multitarea es de 40% de productividad perdida por cambio de tareas.
Haz una cosa y sólo una cosa. No intentes escribir un informe mientras habla con sus colegas, ni ejecutar tareas que requieran concentración mientras escuchas las noticias. Fácilmente te llevará el doble de tiempo.
De hecho, a menos que sea tu trabajo real, no navegues por la web. A veces sucede que una idea pasa por la cabeza, un pensamiento aleatorio y simplemente te tomas un minuto para comprobarlo en Internet y terminas quedándote ahí bastante tiempo.
Probablemente pensarás: “¡si no reviso esto ahora, lo olvidaré!” Para solucionar eso, escribe «para más tarde» en una hoja de papel y vuelve a concentrarte en lo que estabas haciendo.
3. Ritualizar
Cuanto más puedas ponerte en piloto automático para tareas mundanas (cocinar, comer, desinfectar, relajarte, elegir qué hacer a continuación), más concentrado podrás mantenerte.
Algo para lo que puedes usar Internet: busca “rituales matutinos”, lee un par de artículos para ver si una rutina tiene sentido para ti. Ponlo en práctica y verás cómo da sus frutos al cabo de aproximadamente una semana.
Consejo adicional: no envíes correos electrónicos a primera hora de la mañana. Tu cerebro está en su mejor momento después de un café y una ducha, y quieres reservar este estado tan valioso para cosas que realmente requieren esta capacidad. Con algunas excepciones, responder correos electrónicos no es la tarea más exigente mentalmente, así que déjalo para más adelante.
4. Toma descansos para concentrarte, no para distracciones
Con YouTube, notificaciones instantáneas, podcasts y más, vivimos en un mundo distraído. Si quieres concentrarte más para hacer más, tendrá que haber un cambio de paradigma en tu vida. Deberás hacer del trabajo minucioso la parte más importante de tus actividades, con descansos programados en torno a él y no a través de él.
Abraza el aburrimiento
La concentración es su principal activo para el trabajo profundo y es una habilidad que necesita aprender y cultivar. Una vez que termines tu tarea, no te bombardees con noticias, mensajes o programas de radio. En lugar de eso, tómate un tiempo para relajarte. Sal a caminar, fuma un cigarro si lo deseas o disfruta de la música. En el metro, no mires fijamente tu teléfono: observa el mundo y las personas que te rodean. Mientras esperas en el dentista, deja las revistas allí y mira a tu alrededor: acostúmbrate a no hacer nada.
Consejo extra: practica más tu concentración . Se ha demostrado que la meditación y los ejercicios que combinan el entrenamiento físico y la concentración (como saltar la cuerda, caminar sobre la cuerda floja o hacer slackline) mejoran la concentración y la atención.
5. Notificaciones de mensajes, teléfonos: apaga todo
Pon tu teléfono en modo silencio o no molestar mientras trabajas. Puede ir más allá y desactivar por completo las notificaciones automáticas en su teléfono. Si algo no vas a responder inmediatamente o no es esencial entonces no necesita tu atención.
Aún podrás ver los mensajes y la actividad que te interesan cuando inicies sesión en tus aplicaciones, pero no dejes que te molesten mientras trabajas. Un método aún más sencillo es poner tu teléfono en «modo avión» o «no molestar» cuando estás trabajando.
Elimina la expectativa tácita de que tendrás que responder de inmediato porque es una señal de cuán efectivo y productivo eres. No lo es. Esta es una mentira dañina y la verdad es todo lo contrario.
¿Está preocupado tu jefe, cónyuge, amigo o compañero de trabajo porque no respondes de inmediato? Hazles saber que responderás, pero no de inmediato. Puedes decir algo como «No reviso los mensajes mientras trabajo». Tu jefe no se quejará porque entregarás más en menos tiempo.
Algunos celulares tienen la opción de crear 2 escritorios diferentes con aplicaciones y cuentas independientes en cada uno. De esta manera en uno de ellos se pueden tener aplicaciones y contactos personales y en el otro profesionales. Así se puede ocultar todo el contenido relacionado con el área personal mientras se trabaja y viceversa. Si el uso de mensajes es parte indispensable del trabajo esta es la manera más efectiva.
6. Cerrar sesión en las redes sociales
Facebook gasta millones de dólares en profesionales increíblemente inteligentes para que investiguen formas de robarle su recurso laboral más valioso: su atención y, con ella, su concentración.
El enfoque de cualquier beneficio: está justificado utilizar una herramienta si puedes identificar cualquier beneficio posible de su uso, o cualquier cosa que puedas perder si no la usas.
El enfoque artesanal para la selección de herramientas: identifica los factores fundamentales que determinan el éxito y la felicidad en tu vida profesional y personal. Adopta una herramienta sólo si su impacto positivo sobre estos factores supera sustancialmente los impactos negativos.
Consejo adicional: deshazte de las noticia por completo. Seamos realistas: las noticias son para entretener, no para informar. Te sorprenderás de cuánto tiempo liberarás al deshacerse de las noticias: tiempo que puede utilizar de maneras más productivas o dedicar a formas de entretenimiento más fructíferas.
7. Cerrar sesión en el trabajo
Una vez terminadas las tareas del día, apágalo todo. Si no puedes dejar de pensar en lo que has hecho y en lo que debes hacer mañana, es normal, pero evita revisar tu correo electrónico y buscar materiales relacionados con el trabajo. Si trabajas desde casa, cierra todas las aplicaciones relacionadas con el trabajo y bloquea tus herramientas de trabajo hasta el día siguiente.
Desarrolla una rutina de apagado, algo que le indique a tu cerebro que ha terminado el día. Esto puede ser hacer ejercicio, escuchar música o realizar algún pasatiempo, algo que disfrutes y que establezca una clara división.
Concluyendo
¡Fue muy! Pero no es necesario que pruebes todo a la vez. En su lugar, avanza paso a paso, implementa una práctica.
Un enfoque de trabajo exhaustivo no solo te permitirá tener un rendimiento superior en el trabajo. Te ayudará en todos los demás ámbitos de tu desarrollo personal, como la educación, el ocio y la mejora en todo aquello que requiera práctica y atención, como tocar un instrumento o aprender un nuevo idioma. Vale la pena intentarlo.